viernes, 24 de septiembre de 2010

SIGNOS DE MODERNIDAD


A veces me causa gracia pensar que la revolución que sin duda estamos viviendo no fue producida por el PC (partido comunista internacional) sino por la PC, la personal computer, un aparato que ha cambiado nuestra manera de percibir el mundo y nuestros mecanismos mentales hasta un punto que aún no podemos precisar.
Convivir con una pantalla encendida sea la de una pc, un televisor o un plasma es parte del panorama de lo cotidiano. Algunas personas suelen protestar por esta invasión de la virtualidad en lo que llamamos la vida real, sin embargo para mí ese es un indicio de que en un plano tal vez inconsciente estamos incorporando la noción de que convivimos con otras dimensiones que no son captables por nuestros cinco sentidos. Así nuestro concepto de realidad se amplía. La televisión ha cambiado de signo con relación a los años setenta, ya no es el aparato bobo. De igual modo muchas personas creen encontrar en ese aparato permanentemente encendido un atolondramiento, una marca de sometimiento al mensaje de los mass media, sin duda ha de tener varias significaciones o, mejor dicho, tendrá la significación que podamos darle de acuerdo al tipo de relación que establezcamos con ella. No es el objeto en sí lo que es bueno, malo, beneficioso o perjudicial sino el vínculo que establezcamos con él. Una vez más las cosas se definen por su vinculación con las otras cosas, por la relación establecida y no por su autonomía. Ese probablemente sea el aprendizaje básico que el contacto con Internet nos está dejando. La idea de aprender o conocer está siendo profundamente alterada por nuestro uso de Internet y si bien hay quienes afirman que estamos vaciando de contenido aquello que hasta ahora implicaba un ser por antonomasia, un objeto único, sólido e irrepetible, la práctica continua de poner un nombre en Internet y de luego bucear en ese mar interminable, nos permite en primera instancia establecer las formas en que ese objeto de conocimiento se relaciona con la totalidad. Esto opera sobre nuestra percepción y nuestros hábitos de aprendizaje. La comunicación prima por sobre todas las otras cuestiones en un momento en que la humanidad está dejando el modelo patriarcal, unívoco, autoritario, verticalista. Las operaciones que realizamos diariamente nos obligan a pensar de un modo horizontal, la misma horizontalidad que nos hace sentir que aquí, al costado, conviviendo con mi realidad cotidiana, está la realidad virtual que me brindan las pantallas encendidas y también otras menos visibles.
Sabemos que nada es casualidad, que lo que ocurre tiene un profundo y equilibrado para qué. Esta revolución nos aleja a pasos agigantados de un modelo de conocimiento rígido, aislado, unívoco, opera sobre nuestra manera de pensar que va siendo modificada día a día. No es ninguna novedad que la llamada Era de Acuario aunque parezca una simplificación pone el acento en la relación de cada elemento con todo, la integración de lo diverso, la homogeneización de lo dispar para que lo individual y original destaque sus cualidades. Ahora, si lo que hacemos es aplastar esa singularidad no es culpa del método de conocimiento sino de una actividad de nuestra mente. Lo que importa es no negarnos a aceptar que los cambios marcan una tendencia, el uso que hagamos de ella depende de la evolución de nuestra conciencia, como no podía ser de otra manera.


1 comentario:

  1. Qué interesante, Irma! Me encantó el artículo. Beso grande
    Gise

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